“Los indignados españoles que vinieron a las primeras asambleas generales nos aportaron la base y el contexto necesario para lo que estamos haciendo. En realidad, aprendimos muchísimo de ellos”. Así lo asegura Marisa Holmes, destacada activista del movimiento Occupy Wall Street y cineasta, en una entrevista concedida al líder de Wikileaks, Julian Assange, durante el último episodio de su programa de entrevistas emitido por el canal internacional Russia Today.
Si existe alguna máxima en las ciencias sociales es que nada surge espontáneamente, aunque así se suela afirmar cuando la explicación de la realidad se hace demasiado compleja, pero todo fenómeno social tiene sus causas y antecedentes. En este caso, el levantamiento ciudadano en Estados Unidos se ha retroalimentado directamente del 15M y este, a su vez, de la Primera Árabe.
El movimiento de los indignados en España ha actuado como catalizador de las revueltas en los países árabes y ha ejercido como nexo de unión con Estados Unidos. Sin el 15M las protestas nunca habrían saltado a la otra orilla del Atlántico, como reconocen los propios activistas estadounidenses. “En términos de proceso de aprendizaje interactivo, puedo decir que tras ver y evaluar lo que estaba pasando en Europa reprodujimos directamente un movimiento particular que se convirtió en global”, explica David Graeber profesor de antropología en Goldsmiths College y miembro de Occupy New York, en el séptimo episodio de The World Tomorrow, donde Assange reunió a cinco activistas de este movimiento. A su vez, las protestas en Londres no habrían surgido sin el espejo estadounidense. “Estamos en un punto en el que todas las protestas se interrelacionan”, explica Naomi Colvin, miembro de Occupy London y redactora de The Guardian.La agitación global ha prendido a un ritmo vertiginoso, pero con la característica de que ha traspasado las fronteras digitales, saltando de la red a la calle para replegarse intermitentemente en las trincheras virtuales.
De la red a la calle contra la extradición de Assange
Esta transición entre las difusas fronteras de los mundos online y offline “es realmente práctica porque hay una especie de síntesis; una sinergia que permite difundir información desde el ángulo de los medios de comunicación digitales y, al mismo tiempo, ejercer nuevas formas de democracia directa” alejadas de los personalismos, apunta Graeber. “Tanto las experiencias políticas online como offline coinciden en la ausencia de liderazgos”, añade Aaron Peters, doctorando de la Royal Holloway University y miembro de Occupy London. Una desmitificación purificadora de la praxis política que la aísla de la obtención de intereses particulares.
La emisión del programa se produjo unas horas antes de que el Tribunal Supremo de Gran Bretaña diese luz verde a la extradición a Suecia del fundador de Wikileaks, donde se le acusa de varios delitos sexuales. Por cinco votos a favor y dos en contra, el supremo rechazó el recurso de la defensa de Assange entendiendo que la euroorden emitida por Suecia cumple con los requerimientos legales. La temática e invitados de este último episodio no son casuales, al igual que el lanzamiento de la red social de Wikileaks. Assange intenta ahora visibilizar su situación, denunciarla y recabar unos apoyos que parece que seguirán la misma lógica de saltar de la red a la calle.
jueves, 31 de mayo de 2012
El portavoz de Occupy Wall Street: "Los indignados nos enseñaron mucho"
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