En una reunión que mantuvo este martes con el príncipe saudita Walid bin Talal, el rey de Baréin, Hamad bin Isa al-Jalifa le otorgó la más alta condecoración de su país, aparentemente reafirmando la unión política entre Baréin y Arabia Saudita, pero en realidad fue con el objetivo de dar continuidad al poder familiar de las dinastías de al-Saud y al-Jalifa.
En este encuentro, Walid bin Talal. alabó a su vez las relaciones profundas y firmes entre ambos países haciendo hincapié en el deseo de Riad de prestar servicios y ayuda al gobierno y pueblo de Baréin.
Con el inicio de la revuelta popular en Baréin en febrero de 2011, las fuerzas de seguridad de Al-Jalifa, junto con las fuerzas de ocupación sauditas, han procedido a reprimir al pueblo oprimido bareiní, resultado de lo cual ha sido cientos de muertos y heridos hasta la fecha.
Gracias a esta complicidad en la represión, matanzas y violación flagrante de los derechos humanos, los nexos saudita-bareiníes han cobrado una importancia cada vez mayor desde el punto de vista de los dirigentes de los dos países.
En coordinación con el régimen de Al-Jalifa, los Al-Saud, plantearon el proyecto de unión con Baréin, con el fin de anexar ese país a su territorio en caso de que continúen las protestas populares en el estado insular. La iniciativa chocó con una gran oposición en el interior de Baréin e incluso recibió una reacción fría de otros países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico.
Sin embargo, los al-Saud y los al-Jalifa siguen pensando en desarrollar los lazos bilaterales, aparentemente con la táctica de hermandad y amistad, pero en realidad con el enfoque de evitar la victoria del pueblo oprimido bareiní sobre el régimen de Al-Jalifa.
Lo que se debe tener en cuenta es que la amistad entre los gobiernos de Baréin y Arabia Saudita, más que una simple amistad entre dos Estados, es una amistad de índole familiar.
Los ciudadanos bareiníes consideran al régimen saudita como un ocupador cuyo principal objetivo es anexar Bahréin a su territorio.
No hay que olvidar que en el punto álgido de las protestas populares en Baréin, y en pleno apoyo material, físico y militar de Arabia Saudí a los al-Jalifa en la represión de dichas manifestaciones, el hijo del monarca bareiní se convirtió en yerno del rey saudita.
Dicho de otra forma, la unión y la hermandad de las que habló, Hamad bin Isa al-Jalifa al reunirse con el príncipe Walid bin Talal, es para dar continuidad al poder de los al-Jalifa y los al-Saud en Baréin. La mencionada relación familiar entre ambas dinastías hace que la continuidad de los al-Jalifa se traduzca en que los al-Saud mantengan su influencia en Baréin. De ahí que Hamad bin Isa al-Jalifa otorgara la más alta condecoración de su país al príncipe saudita en homenaje a los al-Saud e ignorando el repudio del pueblo bareiní a la familia de al-Saud.
IRIB
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