miércoles, 20 de junio de 2012

Descubren organismos únicos en el mundo en volcanes de la Cordillera de los Andes

Descubren organismos únicos en el mundo en volcanes de la Cordillera de los Andes

Microbios tienen un ADN distinto a cualquier especie y sobreviven “comiendo” gases volcánicos.

por Carlos Pérez E.

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En febrero de 2009, un equipo de científicos se aventuró en los volcanes Llullaillaco y Socompa, en la Cordillera de los Andes, en la frontera chileno-argentina, buscando organismos capaces de subsistir en uno de los escenarios más adversos para la vida en el planeta.

El equipo, compuesto por investigadores de la U. de Colorado (EE.UU.) y científicos argentinos, hallaron un puñado de organismos (bacterias, hongos y arqueas) adaptados para vivir en estas condiciones extremas.

Pero la sorpresa llegó cuando revisando su ADN en el laboratorio notaron que se trataba de organismos nunca antes registrados, hallazgo que acaban de publicar en un estudio difundido la semana pasada y que ayudará a entender los límites de la vida en la Tierra. “Estos microbios son únicos en el mundo, debido a que su ADN difiere entre cinco y 20% a cualquiera de sus parientes más cercanos. Su aislamiento, la deriva genética y la selección natural los hizo diferente a cualquier otro microbio conocido. Algo así como lo que ocurre con las especies en las islas Galápagos”, dice a La Tercera Steve Schmidt, investigador de la U. de Colorado y líder del estudio.

Ante la ausencia de agua y condiciones lumínicas adecuadas para sintetizar energía de estas fuentes, los organismos descubiertos en Llullaillaco extraen el dióxido de carbono por una ruta alternativa: “Alimentándose” de gases atmosféricos y volcánicos que encuentran en la montaña, de los que consiguen minerales como azufre, hierro o arsénico, que luego vuelven energía, explica a La Tercera Eugenia Farías, parte de la expedición y experta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina.

El volcán Llullaillaco tiene condiciones realmente extremas: su altitud supera los 6.000 metros, y la radiación de rayos ultravioleta es dos veces más intensa que en otros desiertos a nivel del mar, lo que hace que la nieve caída se derrita poco después de tocar la tierra, ayudado también por las temperaturas, que oscilan entre -40º Celsius en la noche hasta 56º de día, y un suelo tan carente de nutrientes, que el nitrógeno, por ejemplo, es casi indetectable.

“El medioambiente ha seleccionado un grupo único de microbios que han evolucionado para vivir en un lugar tan extremo. Algunos de ellos están relacionados con los microbios de otros volcanes ubicados en Hawai o en los Himalaya”, agrega Schmidt, aunque desliza una diferencia: en estos dos últimos sitios hay agua, lo que no hay en el Llullaillaco.

Precisamente, la carencia de agua hace que muy pocas especies habiten esta árida zona del desierto de Atacama. “Hallar una comunidad dominada por menos de 20 especies es bastante increíble para un microbiólogo”, explica Schmidt. Los científicos están acostumbrados a encontrar miles de especies en un gramo de suelo.

Estas condiciones hicieron que los expertos se preguntaran cómo se alimentaban los organismos en este adverso ambiente, buscando en su ADN los genes responsables del proceso de fotosíntesis, sin hallarlos.

Como en Marte

Actualmente, el grupo de científicos continúa sus investigaciones en el laboratorio, para seguir entendiendo cómo estos organismos sobreviven en condiciones tan extremas.

De hecho, los expertos creen que ambos volcanes tienen condiciones similares a las que tenía Marte hace millones de años, lo que ayudaría a explicar cómo era la vida, si es que la hubo, en ese planeta. “No sabemos de dónde vienen estos microbios, pero hay otros como ellos en la Tierra, en su mayoría en las altas montañas y volcanes. Tal vez vinieron del espacio, pero han tenido que adaptarse a las condiciones únicas del Llullaillaco y el Socompa”, dice Schmidt.

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