Se rompió el espejismo urdido por El País en las elecciones de Venezuela
8 octubre 2012 – 14:12El tiempo y otra buena dosis de realidad ha vuelto a colocar a la prensa ultraliberal en su sitio. Su interpretación de las encuestas, que situaban el resultado de las elecciones en Venezuela en un “empate técnico” entre Hugo Chávez y Henrique Capriles se ha visto desbordada por los 7.860.982 votos obtenidos por Chávez frente a los 6.386.155 votos de Capriles, esto es, 54,84% frente a 44,55% (95% escrutado), es decir, más de 10 puntos de ventaja.
Una participación de más del 80% consigue que el apoyo a Chávez se incremente en más de 1 millón de votos respecto al resultado de las anteriores elecciones presidenciales, pero la oposición también crece al moderar su discurso e incluso prometer que mantendría las misiones consolidadas durante los años de gobierno socialista. El País ya presentaba al candidato neoliberal como “socialdemócrata” en sus informaciones previas a la contienda electoral -“Capriles Radonski no sólo se define a sí mismo como “de centro-izquierda”; sino que su hoja de servicio parece confirmarlo”- y explicaba que mantendría muchas de las coberturas sociales de las que hoy disfrutan los venezolanos. El 6 de Octubre, un editorial (1) lo definía como “líder centrista que pretende mirarse en el espejo de los socialdemócratas brasileños“. Ese mismo día publicaba la que quizás pueda considerarse como la caricatura más ruin del presidente venezolano: una donde un perfil de corte fascista se “adorna” con sangre en la boca, mejilla y deforme nariz.
Hoy, la realidad devuelve a Capriles a su lugar, y en la noticia más leída en la web de El País (2) sobre el resultado electoral leemos “el líder opositor, un abogado de 40 años, conocido como el flaco, del partido Primero Justicia (centroderecha)“. Observamos -pues- cómo Capriles muta en este diario desde “el centro-izquierda” al “centroderecha” en apenas dos días y cómo un “empate técnico” se queda en más de 10 puntos a favor de Chávez en una contienda que aún el día 7 se disputaba entre “(…) la hegemonía del caudillismo populista o la recuperación de la democracia liberal. Las encuestas consideradas más fiables dan un empate técnico (…)” (3).
El resultado vuelve a dejar a los concienzudos analistas y tertulianos del cabaret televisivo en evidencia. ¿Cómo es posible que alguien tan malvado, un populista, déspota, autócrata, casanova venezolano, caudillo mesiánico (4), … dictador -en suma- pueda ganar uno tras otro todos los procesos electorales con tanta diferencia? ¿Fraude? Difícil de creer tras el reconocimiento de las auditorias extranjeras, de Capriles, y el hecho de que la oposición utilizase el mismo sistema electoral durante sus primarias. ¿Miedo? El voto es secreto… ¿No es más fácil enfrentar la realidad de los hechos y las cifras ante la propaganda de los medios privados y comprobar que la realidad siempre es más terca?
A día de hoy a El País sólo le queda presentar a Capriles -a quién respalda el 80% de los medios privados venezolanos- como a David y a Chávez -que cuenta con los públicos y comunitarios- como a Goliat. Hoy sólo puede decir que “Venezuela se fractura” en dos mitades, cuando la diferencia del resultado entre el primer y segundo candidato es mucho mayor que en los países europeos.
Para el buque insignia del grupo PRISA “la holgada victoria de Chávez, a sus 58 años, se produce a pesar del fracaso de su gestión y de la incertidumbre que supone su enfermedad —en junio de 2011 le diagnosticaron cáncer— al no tener un heredero conocido” (2). El diario no comenta o deja para la letra pequeña la impresionante reducción de la pobreza en Venezuela durante los años de gobierno del PSUV, o el progresivo aumento de la educación y mejora de la sanidad, los factores fundamentales para que la ciudadanía se movilice en defensa de sus derechos adquiridos. Esas son las claves, pero la prensa no quiere verlas o -más bien- prefiere no mostrarlas. Lo demás son frases sacadas de contexto, espejismos sobre la “falta de libertad” entre otras muchas manipulaciones, o el intento de situar otros factores menores como la inseguridad ciudadana -que deben mejorar- por encima de los básicos: educación, sanidad y necesidades básicas cubiertas. No se trata de “a pesar de”, sino “gracias a”.
Roto el espejismo urdido por El País durante los meses previos a las elecciones presidenciales, hoy, sus directivos sólo pueden fantasear con las macabras elucubraciones de sus fieles periodistas;
“La Constitución venezolana establece que si el presidente fallece en los primeros cuatro años de su mandato hay que convocar nuevas elecciones. Si muere en los dos últimos años del mandato, el vicepresidente puede concluir el periodo de seis años“.
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(1) http://elpais.com/elpais/2012/10/05/opinion/1349464039_895560.html
(2) http://internacional.elpais.com/internacional/2012/10/07/actualidad/1349633710_923402.html
(3) http://internacional.elpais.com/internacional/2012/10/07/actualidad/1349592280_205447.html
(4) http://elpais.com/elpais/2012/09/21/gente/1348244754_473379.html
lunes, 8 de octubre de 2012
Se rompió el espejismo urdido por El País en las elecciones de Venezuela
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