Extractos del excelente artículo publiado en Aporrea de Alan Woods.
Es evidente que la Revolución debe tratar de evitar los extremos.
Debe esforzarse en adoptar una línea correcta que le permita derrotar a
sus enemigos y avanzar a la consecución de sus objetivos fundamentales.
La impaciencia es un error y proceder demasiado rápido, demasiado
pronto, puede ser tan peligroso como hacer lo contrario. Pero, ¿en qué
consiste este extremismo? Según el Presidente, es una tendencia que
aboga por la expropiación de todo, incluso de las pequeñas empresas,
una política ultra izquierdista que alienaría a la clase media, y el
Presidente agregó: "No hay cuatro o cinco millones de oligarcas".
Esto es obviamente cierto. Mucha gente de clase media y los pequeños
propietarios han sido realmente envenenados y engañados por la
oposición. Es necesario ganarles a la revolución. La pregunta es: ¿cómo
se logra esto? La cuestión de la clase media y la forma de ganarla es
obviamente una cuestión clave. Nunca ha sido la intención de los
marxistas de expropiar la propiedad de las clases medias. Esto ya se ha
explicado en El Manifiesto Comunista, donde Marx y Engels hablan de la propiedad privada así:
"Los que, por tanto, aspiramos a convertir el capital en propiedad
colectiva, común a todos los miembros de la sociedad, no aspiramos a
convertir en colectiva una riqueza personal. A lo único que aspiramos
es a transformar el carácter social de la propiedad, a despojarla de su
carácter de clase".
Sin embargo, la pequeña burguesía no es una clase homogénea. Dentro
de la clase media hay contradicciones que se pueden expresar en
escisiones en la oposición. Las capas altas de la clase media se
componen de elementos privilegiados –abogados prósperos, profesores
universitarios, gerentes de bancos y los políticos– que están cercanos
a la oligarquía y son sus solícitos servidores. Las capas bajas –los
pequeños comerciantes, pequeños campesinos, empleados de banco, etc.–
están más cerca de la clase obrera y pueden ser ganados. Sin embargo,
la manera de ganar a los rangos inferiores de la pequeña burguesía no
es haciendo concesiones a sus líderes (en realidad sus explotadores
políticos), sino tomando la ofensiva contra los grandes banqueros y
capitalistas, para mostrar una actitud de absoluta firmeza y decisión.
Una sección de la oposición se compone de gente que ha sido engañada
por los contrarrevolucionarios. Esta puede ser ganada para la
revolución. Sin embargo, la manera de ganarles es llevando a cabo
medidas para expropiar a los grandes capitalistas y adoptando medidas a
favor de de los pequeños comerciantes y pequeños empresarios. Deben
estar convencidos de que la revolución es invencible y que sus
intereses están defendidos mejor uniendo sus fuerzas con las de clase
obrera contra los grandes bancos y monopolios.
Debe quedar claro que estas medidas de nacionalización se dirigen
sólo a los grandes capitalistas, banqueros y terratenientes. No tenemos
ninguna intención de nacionalizar pequeños negocios, granjas o tiendas.
Estos no juegan ningún papel independiente en la economía, ya que son
totalmente dependientes de los grandes bancos, supermercados, etc.
Nosotros haremos un llamamiento a los pequeños comerciantes, etc., para
apoyar el programa de nacionalización, que es de su interés.
La nacionalización de los bancos permitirá al gobierno conceder
crédito fácil y barato a las pequeñas empresas. La nacionalización de
las grandes empresas de fertilizantes le permitirá vender los
fertilizantes baratos a los campesinos. Y al eliminar a los
intermediarios y nacionalizar los grandes supermercados y las empresas
de distribución y transporte, podremos proporcionar a los campesinos un
mercado garantizado y un precio justo por sus productos, al tiempo que
reduciremos los precios al consumidor.
La nacionalización de las palancas fundamentales de la economía no
es un acto de agresión o de venganza, sino, por el contrario, un medio necesario de defensa de la revolución.
Las medidas adoptadas por un gobierno revolucionario no se dirigen a la
propiedad de los trabajadores y los campesinos o los pequeños
propietarios que representan las nueve décimas partes de la población,
sino sólo en contra de la décima parte de la población que tiene la
mayor parte de la propiedad en esta sociedad.
No hay ningún argumento a favor de la expropiación de las pequeñas
empresas en Venezuela, Cuba o en cualquier otro lugar. Pero,
igualmente, no hay argumento en contra de la expropiación de los bancos
y grandes monopolios. Esta política –la política del socialismo–
no es ni extremista ni utópica, sino la única manera realista de
defender la Revolución contra el sabotaje sistemático de los banqueros
y capitalistas, que están decididos a derrocarla por cualquier medio a
su disposición.
En los últimos once años la Revolución Bolivariana ha avanzado en
muchos aspectos. Pero, ¿tenemos derecho a decir que ha alcanzado sus
objetivos fundamentales? No, no podemos, y este hecho fue confirmado
por el Presidente en su discurso en el Congreso Extraordinario del PSUV.
Un artículo del periódico financiero burgués Reporte Diario de la Economía
(5 de febrero de 2010) reveló que la banca privada ha obtenido 2.615
millones de dólares americanos de beneficios en 2009. El 83% de esta
cantidad provino del cobro de comisiones.
"Un reporte de la agencia de noticias Associated Press resalta que
un grupo de economistas consultados indicaron que el equilibrio entre
los sectores público y privado es casi idéntico a cuando Chávez asumió
el cargo; en parte porque el sector privado creció más rápidamente que
el público entre 2003 y 2006, cuando la economía estaba en auge".
"El año pasado, el sector privado representaba 70% del Producto
Interno Bruto (PIB), incluyendo 11% en impuestos sobre productos, de
acuerdo con estimaciones del Banco Central de Venezuela. El sector
público fue de 30%, un porcentaje ligeramente menor que cuando Chávez
fue elegido en el año 2008". (http://www.eluniversal.com/2010/07/19/eco_art_sector-privado-aun-c_1976614.shtml)
Esto no es una cuestión de peluquerías o pequeñas empresas en general, sino de las piezas clave de la economía venezolana.
Esto significa que once años más tarde, la oligarquía venezolana sigue
ejerciendo un dominio absoluto sobre los puntos clave de la economía
venezolana. Mientras esta situación se permita que continúe, no existe
ninguna posibilidad de economía planificada, ni, por lo tanto, de
socialismo en Venezuela.
Si queremos comprender las razones por las que la gente que apoya la
Revolución se abstiene en las elecciones (y esto es una cuestión vital
para el futuro de la Revolución), tenemos que empezar por aquí. Cuando
un trabajador Bolivariano ve que su salario no es suficiente para
llegar al fin de mes y que los precios están subiendo, al tiempo que
los ricos se hacen más ricos, comienza a perder confianza en la
Revolución. Esta es la cuestión fundamental que debe abordarse.
La superioridad de una economía planificada y nacionalizada quedó
demostrada por el éxito colosal de la URSS en el pasado. Estos éxitos
fueron minados por las distorsiones burocráticas que fluían del
estalinismo y la corrupción, la estafa y la mala gestión que son la
consecuencia inevitable de un régimen burocrático. Durante un largo
período de tiempo estas cosas anularon los logros de la economía
planificada y la socavaron. Eso es lo que llevó al colapso de la URSS,
y no ningún defecto inherente de la planificación central.
La falta de una verdadera democracia obrera, en la que los
trabajadores participen directamente en la gestión del Estado y la
economía, es una de las principales amenazas a la revolución. Produce
desmoralización, escepticismo, cinismo y en general mina la moral
revolucionaria del pueblo. Si se combina con una situación en la que
las necesidades básicas no se consiguen, en que el poder adquisitivo de
los salarios disminuye y todo el mundo es consciente de la corrupción y
el robo que está teniendo lugar en los niveles altos del Estado,
entonces se convierte en un verdadero peligro contrarrevolucionario de
primer orden.
El fallo más grave se da en el sector agrícola, que está
directamente relacionado con el suministro de necesidades básicas:
comida y ropa. Aunque Venezuela tiene un gran potencial agrícola, su
desarrollo estuvo distorsionado por una oligarquía parasitaria que
derivó su riqueza del sector petrolero, mientras que el sector agrícola
se redujo, dejando al país dependiente de las exportaciones de petróleo
y de las importaciones de alimentos.
¿Cómo es posible resolver los problemas del sector de la
alimentación, mientras la distribución de los alimentos siga estando en
manos de gente como Mendoza y otros grandes capitalistas que están
estrechamente vinculados a grandes monopolios extranjeros de
alimentación y bebidas? La expropiación de estas grandes empresas no va
dirigida en absoluto contra la clase media, que es robada y explotada
por estos grandes monopolios tanto como los trabajadores.
Chávez ha insistido en la necesidad de que Venezuela reduzca su
dependencia de las compañías multinacionales de alimentos y reduzca su
vulnerabilidad a la crisis alimentaria mundial. Este objetivo sólo
puede lograrse mediante la realización de una revolución agraria:
expropiando a los grandes terratenientes y sustituyendo gradualmente la
agricultura capitalista por productores de alimentos de propiedad
estatal y los monopolios privados de alimentos por una red estatal de
distribuidores de alimentos, y estableciendo mercados locales de
alimentos que puedan vender a precios regulados que algunas veces están
hasta un 40% por debajo de los precios de mercado.
Pero es difícil ver cómo la agricultura o la industria privadas
pueden estar peor en manos del Estado de lo que estaban en manos de los
terratenientes y capitalistas
Lo que hace falta es poner fin a esta dictadura del capital antes de
que ésta ponga fin a la Revolución. Los ricos protestarán que se trata
de un ataque contra "el derecho a la propiedad privada". Pero esto es
una mentira. Para nosotros, el derecho a la propiedad privada del
98 por ciento de los venezolanos es intocable. Pero la propiedad de la
oligarquía –ese puñado de parásitos que han saqueado la riqueza de Venezuela durante generaciones y desangró el país– que algo totalmente diferente.
La riqueza de Cisneros viene de sus participaciones en los medios de
comunicación, entretenimiento, telecomunicaciones y compañías de
productos de consumo. La Organización Cisneros es una de las empresas
privadas de medios de comunicación y de entretenimiento más grandes en
idioma español. Gustavo Cisneros es uno de los hombres más ricos de
América Latina. Es también el magnate más poderoso de los medios de
comunicación del continente. También es un rival furibundo de Chávez y
la Revolución Bolivariana. Jugó un papel activo en el golpe de Estado
de 2002, y ha descrito a los chavistas como "chusma" y "monos".
El "patriota" Cisneros no sólo es un ciudadano de Venezuela: él es
igualmente un ciudadano de España (a petición personal del Rey Juan
Carlos), un americano en Nueva York, un cubano en Miami, y un
dominicano en la República Dominicana, que es su base principal. Aquí
vemos que el Capital no tiene patria, excepto fines de lucro. Como
Venezuelanalysis señala:
"Como una de las figuras siniestras que proporciona al capitalismo
estadounidense respaldo fuera de los Estados Unidos, él es un llamativo
ejemplo de por qué no hay una burguesía nacional en Venezuela. Cisneros
está totalmente vinculado al imperio, y por ello ha sido recompensado
con creces". (http://venezuelanalysis.com/analysis/1778)
Este control monopolista de los medios de comunicación es conocido
en Occidente como "libertad de prensa", es decir, la libertad de un
puñado de oligarcas ricos a decirle a la gente qué pensar y por quién
votar. Se trata de una amenaza directa a la Revolución y a la
democracia misma. La expropiación de la propiedad de la familia
Cisneros es, por lo tanto, una medida esencial para defender la
Revolución y salvaguardar los derechos democráticos de la inmensa
mayoría de la gente. Hemos visto cómo todo este poder en manos de una
minoría privilegiada se puede utilizar para anular la decisión
democrática de la mayoría en abril de 2002.
Cisneros y su banda jugaron un papel crucial en el golpe de Estado
de ese año. Todo el mundo sabe cómo los medios de comunicación fueron
utilizados cínicamente como un punto aglutinador para el golpe. En la
noche del 11 de abril, después de que a Chávez le sacaran a punta de
pistola del Palacio de Miraflores, los golpistas principales se
reunieron en la suite de Cisneros en Venevisión. Carmona ya había
anunciado el cierre del Congreso y de la Corte Suprema así como la
supresión de la Constitución, cuando Cisneros fue a Miraflores a
proponer que la estrategia de comunicaciones del nuevo gobierno debería
dejarse en sus manos y la de sus amigos en los medios de comunicación,
una oferta que Carmona aceptó con gratitud.
"Desde 1999 hasta la fecha, el negocio bancario ha generado unos
beneficios que ha sobrepasado las expectativas de muchos de los dueños
de los bancos e igualmente el crecimiento de las ganancias ha superado
el alza de la inflación. Las utilidades acumuladas de los bancos
comerciales y universales desde 1999 hasta septiembre del año en curso,
supera los 28.300 millones de bolívares fuertes (una cifra que excede
los 28,3 billones de bolívares viejos). Sin embargo, hemos de precisar
que 20 bancos medianos y pequeños (todos menos los 10 top de la banca
venezolana en el rubro en medición) no las han tenido todas consigo a
lo largo de este año. Sus ganancias acumuladas al mes de septiembre han
disminuido 54,2% con relación al mismo lapso del año pasado. Inclusive
3 de los 10 primeros bancos también han visto disminuir sus ganancias.
También la banca ha sentido, este año, el impacto de la caída del PIB".
En tanto en cuanto el capital privado controle la parte del león de
los bancos, todas las decisiones principales relativas a las
inversiones productivas, los créditos a los pequeños agricultores y
otros negocios estarán en manos de los enemigos de la Revolución. Por
otra parte, será imposible introducir un verdadero plan de producción
socialista para resolver el problema del desempleo y lograr una
distribución racional de los bienes y servicios y movilizar todo el
potencial productivo de Venezuela.
La primera medida que se requeriría para crear una economía
socialista planificada sería la nacionalización de los bancos,
fusionándolos todos en un banco estatal único. Esta no es una
medida dirigida contra las clases medias, sino exclusivamente contra la
oligarquía. De hecho, beneficiaría a la clase media y los pequeños
productores a los que se garantizaría acceso fácil a créditos baratos. Si esto se explica correctamente, lejos de alienar a la clase media, se les atraería al lado de la Revolución.
¿A qué ritmo debería de avanzar la Revolución? No hay libro
revolucionario de recetas que pueda dar una respuesta a esta pregunta.
Chávez dice que actuará "con el máximo de audacia con que sea posible
acelerar la expansión del socialismo y continuar eliminando el
capitalismo". Pero está claro que el tiempo no está de nuestro lado.
Mientras que las palancas claves de la economía sigan en manos de los
banqueros, terratenientes y capitalistas, éstos usarán su poder
económico para sabotear la Revolución. Por lo tanto, debe haber un
sentido de urgencia.
El gran desafío será en 2012, cuando las elecciones presidenciales
coinciden con las elecciones para gobernadores y alcaldes. "Tenemos un
desafío gigantesco", declaró el Presidente. "Tenemos que ver dónde
hemos cometido errores y dónde hay que hacer correcciones". Habló del
"tercer ciclo de la Revolución, de 2009 a 2020 y lanzó la consigna: "Revisar, reactivar y relanzar".
Chávez advirtió a la contrarrevolución que su avance en estas
elecciones "les costaría muy caro". Estas palabras fueron una respuesta
adecuada a los reformistas que argumentan que la revolución ha ido
demasiado lejos y es necesario disminuir la velocidad y hacer
concesiones a la oposición. Esta línea de argumento es desastrosa para
la revolución. Por cada paso que retroceda, la oposición exigirá diez
más. Al final, uno de los lados tiene que ganar y el otro perder. No
hay una "tercera vía".
En su discurso, el Presidente dijo que tenían hasta el 4 de enero
para impulsar las nuevas leyes a través de la Asamblea Nacional. Y
agregó que estas leyes serían "mucho más revolucionarias que las que
han sido aprobadas hasta ahora". Inmediatamente después Chávez anunció
la expropiación de Agroisleña, la gran compañía terrateniente, parte de
la multinacional del Grupo Vestey. Este decreto fue firmado por Chávez
sólo un par de días después del discurso, lo que demuestra la forma en
que está resistiendo las presiones de la burguesía y los reformistas.
Las medidas de nacionalización están dirigidas a garantizar acceso a
los alimentos, disminuyendo la dependencia de las importaciones de
alimentos, y la reducción de los precios: "Ahora, la gente será capaz
de recibir los suministros realizados por Venoco a precios justos y
razonables y, al mismo tiempo, ayudará a promover la industria ", dijo
el vicepresidente de PDVSA. Eso es correcto, pero el mismo
argumento puede platearse para la toma de los otros bancos y los
grandes monopolios que aún están en manos privadas.
Estas nuevas expropiaciones son pasos en la dirección correcta.
Fueron recibidas con gran entusiasmo por parte de los trabajadores y
campesinos. Este hecho demuestra que esta es la manera de infundir
nueva vida a la Revolución y debilitar a sus enemigos. Más importante
aún, es la única manera de poner fin al sabotaje y la anarquía, y
comenzar a planificar la economía venezolana y movilizar su pleno
potencial productivo atendiendo a los intereses de la mayoría de los
trabajadores, y no a una minoría de parásitos ricos. La expropiación de
los monopolios es una parte del programa del PSUV. Pero las palabras
deben traducirse en hechos.
No tengo ninguna duda de que algunas personas en Miraflores estarán
diciéndole al Presidente que todo esto es "extremismo" y "locura"
causados por gente desleal, que sólo quieren causar problemas. Tales
argumentos traen a mi mente la imagen siguiente. Imaginemos que un niño
pequeño a bordo del Titanic ve un gigantesco iceberg
surgiendo de la oscuridad del mar y comienza a alertar a gritos.
Inmediatamente es reprendido por un coro de desaprobación: ¿qué estás
gritando? ¡Cállate, estás molestando a los pasajeros! Háganse la
siguiente pregunta: ¿quién está siendo desleal: el chico que está
tratando de advertir al capitán de un peligro inminente y hacerle
cambiar de rumbo para así salvar el barco y a todos a bordo, o los que
prefieren cerrar los ojos, ignorar el peligro y permitir que el barco
se hunda?
La Corriente Marxista Internacional seguirá defendiendo la
revolución venezolana contra el imperialismo y la oligarquía
contrarrevolucionaria. Apoyará con entusiasmo cada paso en la dirección
de la expropiación de la oligarquía, cada golpe asestado contra la
contrarrevolución. Pero va a criticar cada paso atrás. Continuará
luchando contra la burocracia corrupta y la Quinta Columna reformista y
llamando a la acción cada vez con más energía para llevar a cabo la
revolución hasta el final.
A la burguesía y sus defensores reformistas que tratan de asustar a
la gente con la idea de que el socialismo pone en peligro el "derecho a
la propiedad privada", nosotros respondemos con las palabras de El Manifiesto Comunista:
"Os aterráis de que queramos abolir la propiedad privada, ¡cómo si
ya en el seno de vuestra sociedad actual, la propiedad privada no
estuviese abolida para nueve décimas partes de la población, como si no
existiese precisamente a costa de no existir para esas nueve décimas
partes! ¿Qué es, pues, lo que en rigor nos reprocháis? Querer destruir
un régimen de propiedad que tiene por necesaria condición el despojo de
la inmensa mayoría de la sociedad".
"Nos reprocháis, para decirlo de una vez, querer abolir vuestra propiedad. Pues sí, a eso es a lo que aspiramos".
"(…) El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos
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sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio de
esta apropiación el trabajo ajeno".
LOS LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL
ResponderEliminarEl frenesí por lograr un Monopolio Mercantil Mundial, que solo beneficie a los grupos económicos que componen el Corporativismo Inglés, ha llevado a estos, a dirigir secretamente el crimen organizado por más de dos centurias en el mundo. Estas organizaciones criminales se encargan de incentivar en todo ámbito, la pobreza y la delincuencia; para que abunden sectores sociales víctimas de estos flagelos y otros consecuentes, como la guerra y la droga.
El fin es inducir en estos sectores afectados el anhelo de vanas ideologías, con sus falsos redentores; estas mismas organizaciones criminales procesan, dirigen y promueven estos líderes “salvadores”; la creación de este contexto es para poder aprovecharse de las libertades, reivindicaciones y derechos de los desposeídos y desadaptados, para usarlos como justificantes; que impulsen el caos, destrucción y despejes de espacios, que puedan llegar a ser competitivos y contrarios a los intereses monopolistas del Corporativismo Inglés.
Esta Alianza Inglesa domina el mercado mundial desde hace siglos, ella financió con tales fines la aparente revolución francesa y las supuestas independencias americanas. No es Inglaterra quien actualmente gobierna el mundo, se trata de una TESTAFERRA, la llamada Corporación Británica. Esta se apoderó de Inglaterra después de difundir momentánea y falsamente que Napoleón ganó en Waterloo; así lograron bajar las acciones y se apoderaron de la economía de Londres. Ya dominados Francia y España, incitaron con ideas, préstamos, pertrechos y tropas, las falsas independencias de sus colonias; ya, especiosamente lo habían logrado en EEUU. De la economía de Europa se apoderan en su reconstrucción (Plan Marshall), principal fin de la II Guerra Mundial.
Hoy dirigen mediáticamente la diatriba de derecha e izquierda, antisemitismo y sionismo etc., sus grandes negocios de la explotación de pobreza, inseguridad, banca, droga, e industria bélica, es la fuente de su poder. Todo ha sido dirigido a través de sectas secretas, que en las “independencias” también obedecían a Londres y era la afiliación común de “Los Héroes Emancipadores”. Dichos LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL hoy se multiplican en diferentes países e instituciones; el fin es el embaucamiento de las mayorías; para despojar a las diferentes naciones de sus bienes y servicios, manipulándolos hasta el caos o destrucción total del orden actualmente establecido en ellos; para instaurar un Nuevo Orden Mundial; donde solo la Corporación Británica tenga las preeminencias.
Puede corroborar, este esbozo, en los diferentes libros y escritos de esta web:
www.lucasblancoacosta.com