Pese a vivir con muchas personas, cuando una adulta o adulto mayor se siente solo presenta un mayor riesgo de muerte en comparación con quienes cuentan con un apoyo real
Los ancianos solos presentan dos veces más probabilidades de morir que los acompañados, según los resultados de estudios difundidos hoy en la revista Archives of Internal Medicine.
Pese a vivir con muchas personas, cuando una adulta o adulto mayor se siente solo presenta un mayor riesgo de muerte en comparación con quienes cuentan con un apoyo real.
A esa conclusión llegaron investigadores de la Universidad de California en San Francisco quienes durante seis años realizaron un seguimiento a mil 600 personas de 60 años o más.
El primer estudio realizado por expertos de la Universidad de San Francisco estudio analizó cuán solos se sentían los voluntarios en el estudio y el impacto de ello en su calidad de vida.
Después de seis años de estudio, las personas que estaban solas presentaban un 59 por ciento más riesgos de problemas de salud y 45 por ciento más probabilidades de muerte.
A los expertos sorprendió el elevado número de ancianos que manifestaron sentirse solos pese a vivir acompañadas.
Un 43 por ciento experimentaba la soledad, pero en realidad vivían sin la compañía de otras personas el 18 por ciento de los participantes.
Carla Perissonotto, autora principal de la investigación, señaló que en esta pesquisa se evaluaron tres componentes fundamentales, si las personas se sienten excluidas, si se hallan aisladas o están acompañadas.
Lo que no se analizó en esta investigación son las causas que llevan al deterioro físico o a un mayor riesgo de muerte entre aquellas personas que están solas.
Sin embargo, los expertos subrayan que la soledad si tiene un efecto negativo en la salud.
El segundo estudio efectuado por expertos del Hospital Brigham y de Mujeres y la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, en Boston, mostró que las personas en riesgo de sufrir problemas cardiovasculares presentan un mayor riesgo de muerte si experimentan la soledad.
Texto/Prensa Latina
Foto/Archivo
Soledad brava.
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