El boicot económico contra El Nacional significó la desaparición de todos sus anunciantes, entre los que contaban trasnacionales norteamericanas que mantenían avisos, como General Electric, Pan American, Standard Oil Company, Sears, entre otras. Tan fuerte fue la presión, que Miguel Otero Silva, para evitar la bancarrota y la desaparición definitiva de El Nacional, decidió retirarse de la dirección del medio que habían fundado él y su padre, para colocar en ese puesto al abogado Raúl Vera, ex ministro de Betancourt y representante de Rockefeller en Venezuela (Botía, 2007: 45). Demás está decir que la línea editorial cambió totalmente y década tras década ha sido un periódico que defiende poderosos intereses económicos en el país.

Actualmente El Nacional incurre de manera frecuente en graves violaciones a los principios éticos y jurídicos que deben normar la producción informativa, como el debido contraste de fuentes, el derecho a réplica, así como el derecho a la información oportuna y veraz establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. A menudo las informaciones provenientes de este diario carecen de credibilidad y en su contenido priva el apego hacia determinadas fuentes en detrimento de otras, además de que la construcción noticiosa está marcada por la intencionalidad y el ánimo de persuadir a los lectores.
Tomado de: "La Burguesía Mediática vs. La Comunicación Libre"
Por: Lic. María Fabiola Di Mare L.
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